Artículo publicado en el boletín "ESTELA", Nº 90, Julio-Agosto 2000. Rogamos se cite su procedencia en caso de reproducirlo total o parcialmente.
Javier García-Oliva Mascarós
Actualmente se están poniendo de actualidad los buscadores sin aumentos. Bajo distintas denominaciones comerciales (Telrad, etc) se trata en todos los casos de unas miras en forma de tubo, que permiten la observación directa de una porción del cielo. Sobre el campo visible, se proyectan una o varias marcas de color rojo, que delimitan el campo aparente cubierto por el telescopio, permitiendo saber a dónde apunta éste con suficiente aproximación. Por ejemplo, el último modelo de S/C 8” de Celestron, el NexStar8, viene equipado únicamente con este tipo de buscador.
Aspecto de la visión obtenida con un Telrad
Las ventajas de este sistema con respecto a un buscador tradicional son su mayor campo de visión (unos 10º o más), y la observación directa del firmamento y no de una imagen invertida como la que proporcionan los buscadores típicos. Estas características hacen que sean “más rápidos” e intuitivos de utilizar. También tienen sus inconvenientes, siendo los principales el que solamente puedan verse los objetos que por su brillo sean observables a simple vista, y su menor precisión para apuntar el telescopio. Debido a ello, normalmente se montan junto con los buscadores tradicionales.
Aunque fabricarse un buscador tipo “Telrad” no tiene excesiva dificultad, creemos que una manera más efectiva, sencilla y barata de contar con un artilugio que nos proporcione las mismas ventajas es construirse una “mira” similar a la de las escopetas, pero con algunas modificaciones para hacerla más operativa.
El “modelo” aquí propuesto se compone de una mirilla que puede hacerse recortando una tira de cartón, o plástico semirrígido, de unos 5 cm de longitud total, tal como se ilustra en la figura 2, y a la que le practicaremos dos agujeros simétricos.
Doblándola por la mitad, y doblando también unas pequeñas patillas en sus extremos, puede pegarse fácilmente sobre el tubo del telescopio en la posición adecuada (Figura 3).
En los Newton, esta mirilla irá situada hacia la mitad del tubo o algo más hacia su extremo frontal, mientras que en los refractores y en los catadióptricos se situará en la parte posterior del tubo. Hay que buscar siempre la comodidad de uso.
La otra pieza es la mira, para lo que puede servir un simple tornillo de la longitud adecuada (unos 2 cm), y que se pegará en el extremo frontal del tubo. El conjunto de los dos elementos debe quedar dispuesto como se muestra en la figura 4.
Para su correcta disposición y montaje es mejor operar de día. Se busca un objeto bastante lejano y se apunta el telescopio hasta que lo tengamos centrado en el campo. Se fija el telescopio. Se pega primero la mirilla de cartón en la posición adecuada y, repetimos, que más cómoda nos resulte. Posteriormente habrá que pegar en el frontal el tornillo de tal forma que queden alineados los tres elementos: mirilla, tornillo y objeto. Probablemente no acertemos a la primera con la longitud correcta que ha de tener el tornillo para que los tres elementos queden alineados: habrá que probar con otros de distinta longitud hasta encontrar el adecuado, o bien cortar el tornillo a la longitud necesaria. Una vez conseguido el alineamiento entre los tres elementos ya tenemos montado el sistema. Solamente nos falta un pequeño truco para poder “apuntar” con facilidad por la noche.
El asunto consiste en pintar el extremo del tornillo que hace de mira con pintura fosforescente. También, en ausencia de ésta, se puede pegar el recorte de algún papel o plástico que lo sea. En la oscuridad de la noche, el débil resplandor que produce hará que sea fácil apuntar a las estrellas, sin que por ello nos deslumbre y perdamos la adaptación a la oscuridad. Y si pierde con el tiempo brillo, una pequeña exposición a la luz de una linterna lo volverá a hacer brillar durante muchos minutos. Este sistema es más efectivo y sencillo que el instalar un Led, otra alternativa posible al “tornillo” como punto de mira, pero mucho mas engorrosa.
El sencillo y efectivo artilugio nos facilitará mucho la tarea de apuntar rápidamente un objeto con nuestro telescopio, algo de importancia si queremos participar, por ejemplo, en un Maratón Messier...